En el diario vivir nos encontramos con situaciones en las que los números cuentan, especialmente en cuando se trata de dólares y centavos. Es en ese momento que su teléfono inteligente puede dejar de ser teléfono y convertirse en inteligente, ya que en segundos tendrá a su disposición una calculadora con las funciones necesarias para que los números cuadren.
Recuerdo cuando niño que le pedí a mi madre una calculadora de mano como regalo de cumpleaños para hacer mis tareas de matemática. Era una tecnología avanzada comparada con la inmensa y ruidosa máquina calculadora con un rollo de papel blanco que usaba mi padre en su trabajo como contable. Estaba fascinando con mi pequeña calculadora que podía hacer todas las operaciones matemáticas en cuestión de segundos y que mostraba en una pantalla gris de cristal liquido.
Con el cambio de siglo, la era digital ha hecho cada vez más accesible las calculadoras, que hoy día son incluidas como una aplicación básica en los teléfonos inteligentes y tabletas. Existen además una gran variedad de aplicaciones con calculadoras, algunas con números grandes, que pueden ser añadidas a su aparato digital, incluyendo otras especializadas para trabajos científicos y de ingeniería con funciones muy avanzadas.
Sin embargo, pienso que podemos estar de acuerdo en una cosa. Hay tecnologías cuyo uso debemos fomentar en nuestras juventudes, y cuando se trata de matemática, la tecnología del papel y lápiz debería seguir siendo la más(+) importante para enseñar esta disciplina, sin restarle(-) mérito a las alternativas digitales una vez se dominen los conceptos. Sabemos que en un futuro las opiniones podrían estar divididas (/), pero estoy convencido de que aprender aritmética con el lápiz y papel multiplica (x) las posibilidades de lograr el mejor el resultado (=) en el futuro de un ser humano.